viernes, 24 de febrero de 2012

Lezna



Ramón Edwin Colón Pratts: «Lezna:
Atisbos de la cotidianidad puertorriqueña»

Por CARLOS LOPEZ DZUREl libro «Lezna: Atisbos de la cotidianidad puertorriqueña» [Mariana Editores, 2010] viene precedido de un magnífico prólogo de José Enrique Ayaroa Santaliz que describe muy bien la estructura del libro y el sentido del título. Son 31 artículos o breves ensayos en que su autor, Ramón Edwin Colón Pratts, da continuidad a su vocación por el ensayo reflexivo y disectivo.

Lezna es, dice Ayaroa en el Prólogo, «la herramienta de un artesano de la literatura puertorriqueña». «instrumento cortante», «lezna cortante» que «puede servir para dañar o curar». Claro es que la lezna de Ramón Edwin es como bisturí que «lo mismo sana cuando fustiga que cuando elogia o alaba». Había reseñado antes un libro previo. «Estilete» (Imprenta Caribe, San Sebastián, 2002). y la definición (puñal, o punzón, de hoja muy estrecha y aguda) ofrece indicio de la incisividad del instrumento y de las metáforas de las que Colón Pratts se vale para describir una actitud de investigador con un buen escalpelo para abrir paso y sonda examinativa al entrar en materia.

Su «Lezna» y su anterior libro, «Estilete», se parecen. Como primicia de su labor creativa-informativa y su experiencia y conocimiento sobre las leyes que rigen a Puerto Rico, este segundo libro reúne una cantidad igual de artículos y mini-ensayos. Los de «Estilete» fueron, originalmente, publicados entre los años 2000 y 2002, en el periódico «La Estrella de Puerto Rico». Los de «Lezna» parten del año 2002 a periodos gubernativos que se extienden a Rafael Hernández Colón, Sila María Calderón, Pedro Rosselló, Aníbal Acevedo Vilá y, aún los momentos tan actuales, de la vigencia de Fortuño en La Fortaleza y Obama en Casa Blanca.

La periodicidad es importante como ilustración contextual. La historia revela que se ha intensificado la incapacidad del liderazgo para reorientar moral, administrativa y políticamente al país. Como abogado y ciudadano con calidad patriótica, Ramón Edwin escribe, por lo general, sobre el sistema legal que debe corregirse, ahí coloca la lezna. Extirpa y quitaría hasta que desaparezcan de éste, al menois, lo que son sus vicios comunes, o sus cánceres en el sistema de justicia. Critica y fustiga el «salvajismo procesal», «los jueces que viven en otra dimensión y siempre presumen la bondad del sistema y los poderosos» (p. 30), aunque el sistema judicial está plagado de «caculeo intelectual», «blanquitería» (p. 43) y «borrachera loca de narcisismo, protagonismo y soberbia» (p. 140).

La moralidad decadente (promovida por «los legisladores y soplapotes de gabinte»), la pérdida de «la dignidad y el honor», permite que «cualquier ladrón nos gpbiern(e)» (p. 27), como indica en «Pueblo Bendito». Que surjan en el país burócratas como Manuel Díaz Saldaña y Victor Fajardo (descritos en «La Sal Daña») como «cargabates de ignominia», «buscones de encargo», «salario, posición y prominencia» (ps. 57-69). Por desgracia, ni la Contraloría se ha salvado de la mediocridad creciente y la indecencia tolerada. De ahí la necesidad de «devolverle a ese puesto el lustre que alguna vez tuvo» (p. 60).

El abogado Colón Pratts informa en su libro cómo operan los componentes del Tribunal, las oficinas veedoras o que dependen de sus labores, más importante, es cuando habla spnbre cómo se maltratar a la gente, o sea, sus víctimas más pobre. Se concierne con la defensa de los valores del arte, la puertorriqueñidad y la valía moral, por amor a «una tierra que cada vez más se nos convierten en un peñón de drogas, espectáculos, concursos, busconerías, malversación, corrupción y pillje, sin valores, ni ética, sin escrúpulos ni decencia, de chavería y de personeros de la política colonial» (ps. 45-47).

Con estas líneas, citadas arriba, resumiríamos. De ésto trata la mayor parte de su libro. Mas hay muchísimo más ya su ensayística, pese a que cita códigos, expedientes de casos y leyes, fluye. Atrapa. Además, tiene dimensiones poéticas, anecdóticas, costumbristas y reviste agudeza sicológica. La calidad y valentía de los dos libros que conozco de Ramón Edwin se ha crecido en el decenio.

Hay elementos de nostalgia, picaresca al estilo de Pito Pérez. Prosa poética en su evocación de Pepín de la Vega, «peón del pueblo» (en «La Pared» y «Los Otros»). La «boxeadora y sabia lengua del pueblo» es la que origina ese interrogador 'alter-ego' con que él configura al hablante narrativo en 3 páginas y media en «Los Otros». Es una conciencia que pregunta y demanda por justicia al modo de un «pobrecito del Diablo» en la pícara vida, «Vida inútil» de los Pito Pérez. Ese humor pícaro lo veo, por igual, en su artículo, «La Vigencia de Nerón», o un caso de «brutalidad policíaca canina», inspirado por una decisión legal sobre el caso de dos perros en 1963.

Disfruté que haya sido escrito por un puertorriqueño, con conciencia de Nuestra América, como Colón Pratts, el retrato sobre la arrogancia del ex-gobernante español Aznar al pedir al Presidente Hugo Chávez: «¿Por qué no tecallas?» Ramón Edwin calificaría ese razonamiento y arrogancia como cónsono a las actitudes «de pacotilla, de quincalla, tipo Primitivo Aponte» (sic.) y, en consecuencia, festejará, con valentía e ironía 'sui dissant': «Y Chávez, Chávez no se calló» (p. 134), bien que recordaría que Aznar «colaboró y apoyó junto a los estadounidenses el golpe de estado en Venezuela» (p. 133).

¿Y quién es el peninsular pro-yanqui de Aznar para mandar a callar al mandatario venezolano en su propia América?

En momentos en que las rapiñas bancarias, la especie humana de «los banqueros» como «ladrones con licencia licenciosa», han sido señaladas como causantes de desastres financieros y las olas mundiales de protesta, e.g., el Movimiento de Ocupación e Indignación, leer las reflexiones de Ramón Edwin sobre la desfachez, la pordiosería genuina vs. la avieza y la ética básica, que se debe basar en trabajo y creación de oportunidades y sustentabilidad, es refrescante. Con ironía. RECP escribió «Hilaridades» y me gusta su crítica final: «¡Obama, eres más Hillary que Obama!» «Mladito embaucador de disimulado gesto lateral, sacándole el cuerpo a todo. ¡Malditos tus discursos y los que te aplauden!» (p. 126).

En el temario de Colón Pratts, hay reflexiones sobre el apocamiento de los abogados y legisladores que se comportan sólo como «payasos insípidos» (sic). Por eso, a mi juicio, el más efectivo e impactante de sus relatos es el titulado «Abusador», narrativa tan bien llevada, con su perfil sicologizante, que parece un capítulo de novela, aunque sus protagonistas son reales. Un Juez Asociado de Primera Instancia, a saber, Efraín Rivera Pérez que termina siendo censurado y destituído y un acusado humilde y pobre, encarcelado por el susodicho juez, por razones triviales, su prepotencia. La historia de cómo el Comité de Etica Profesional censuró al juez por violar el canon 38 y cómo Luis Fortuño, actual Gobernador, lo vuelve a nombrar a una posición mayor de Juez de Apelaciones y el Senado lo confirma nos indica sobre la pudridez de la judicatura. (ps. 101-106).

El análisis político y sicológico del periodo del Gobernador Rosselló se denota en su ensayo Ante unos líderes del Partido Popular (PPD), «que siempre se han distinguido por la falta de espina dorsal que los mantenga erguidos» (p. 99), el autor dibuja dos varones de la oposición y, claro está, con sus defectos propios. Son «apuntadores», esto es, gente que amenaza y amedrenta a sus críticos. Como hizo Tomás Rivera (PNP) al periodista Danilo Arbilla; así de 'apuntador' y déspota, es Pedro Rosselló, «le gusta eso del dedito, y el macharrán que lo quiere emular (Rivera Schatz) lo esgrime diariamente como espadachín con sable de uña y hueso» (p. 98).

Hay otras observaciones que dan colores sicologizantes a los relatos y que, por cotidianidades coloniales, traen planteamientos como son el «enredo de libertad, selección y lealtades», la disolución de la racionalidad en la excusa del "porque si" (el voto injustificado, irreflexivo por inercia). Ramón Edwin analiza la falta de sensibilidad para conmoverse con las pérdidas de lo valioso, sea la antigua Central Plata, que supuso una etapa de historia en Pepino, o la bella arquitectura del condominio Milennium (en el Viejo San Juan), «en este endrogado país de hambrunas de valores» (p. 66).

Algunos personajes de sus escritos recuerdan a Caballeros de Triste Figura y Ramón Edwin pasa examen sobre los mismos (como en «Galenos», «Correo Intimo», etc.) y da sus referencias sobre Carlos Vélez, el fiscal Gil Bonar, Carlos Pesquera y el issue de la bandera, por decir sólo algunos tópicos.

En resumen, estos relatos me deleitan por valientes, ejemplificadores de nuestros males colectivos y, al mismo tiempo, aplaudo que están llenos de riqueza sabrosa y popular y sus anécdotas aleccionan. Es Colón Pratts un poeta, justamente un letrado. A cada paso, es ocurrente, a veces tierno y con una lezna en sus manos puede ser temible, como fue antes con su «Estilete».

RED DE ESCRITORES

Sobre Ramón Edwin Colón Pratts y «Estilete»

Por CARLOS LOPEZ DZUR


Como primicia de su labor, su experiencia y conocimiento sobre las leyes que rigen a Puerto Rico, Ramón Edwin Colón Pratts ofrece su libro Estilete (Imprenta Caribe, San Sebastián, 2002). Este contiene treintiún artículos y mini-ensayos, escritos y publicados, originalmente, entre los años 2000 y 2002, en el periódico La Estrella de Puerto Rico.

El autor escribe sin omitir verdad, ni ocultar emociones, sobre los problemas concretos de su pueblo y de su isla: Por su estilo y tono, revela pasión, denuncia oportuna y explícita, honestidad sincera y confrontativa y, en suma, la perspectiva anticolonialista con que él visualiza a su gente y la estructura jurídico-social y cultural que incide en (contra) ellos y su nación.

A este tipo de voz, en cuanto no son sus hablantes literarios unos meros espectros decorativos en prosa de ficción, va pareja una dosis de ironía e iracundia; pero es voz necesaria, hoy por hoy y más que nunca. El sabe que hay que clavar estiletes en zonas sensibles de consciencia, separar el grano y la paja, la pulpa pudrida que cubre la semilla, siempre útil y aún fértil; hacerlo al considerarse la sociedad como el objeto que se examina y valora, con fe en su porvenir contrahegemónico y su pulso libertario.

Una sociedad que se adormila e intensifica su letargo por inercia o desgaste; una que tiende a perder sus instintos para llamar las cosas por su nombre, o la vergüenza básica de su honradez moral, sepultando los gritos de consciencia con eufemismos, tal como se expone en el ensayo Los asociados, merece unas sacudidas. En un país de hipérboles, donde los medios de comunicación masiva calaron con penetración artificiosa, forjando una subjetividad desinformante, su imperio de prejuicios y falsas causas (como la descrita en Falsos orgullos y Las dos casas de Elián), hágase desplante a los séquitos de lunáticos que ejecutan sus comparsas publicitarias. Es imprescindible el estilete. Que sea parte sonora del discurso, no ya hegemónico, que es éste el que ya ha transformado historias profundas, conmovedoras y serias en circo y telenovela, en lucro, chantaje y arribismo; basta que se proponga, sin temblar el pulso, hundir el puñal de hoja muy estrecha y aguda donde sea indicado, justo, terapia en frío y en caliente.

El artículo Madrasta de Colón Pratts, a primera lectura, se asemeja al esbozo de una novela de conspiraciones o relato ficcioso, insertable en la corriente de lo macabro, literatura negra. Sin embargo, cada detalle es la realidad al destajo. Escarba el evento criminal más publicitado de su momento. La irreverencia de una telenovela desbordada en desfachetez y delito se queda corta ante casos de homicidios como los cometidos por Lydia Echevarría-Vigoreaux o Generoso Rodríguez («Palilo») en la Matanza del Palmar; gente que, en alguna época, fue admirada o querida, porque, como observa Colón Pratts, es una virtud colectiva, puertorriqueña que, en el fondo de nosotros mismos, pese a la camisa de fuerza del colonialismo, seguimos siendo un pueblo bueno: «este bendito pueblo, compasivo y misericordioso como ninguno, siempre mira con tristeza al hermano en desgracia» (p. 68)

Un libro, con esta textura y gestos interpretadores, que no dora la píldora, ni esconde sus temáticas, fluye verbalmente con agresividad, pero ésta, su agresividad y aún su ira atenuada por análisis, sus burlas contenidas, refrenadas por amor a principios, se reprocesan como ingredientes para el fondo afectivo-existenciario de la historia. Es una agresividad ya bien informada, que se apoya entre sí con sus ingredientes emocionales y se confirma ante el correlato de eventos conocidos, objetivamente cumplidos en el discurso político puertorriqueño.

Como Estilete hay pocos libros escritos por pepinianos; casi se carece de antecedentes, a no ser por las Medinadas de Adolfo Medina González, a principios de siglo y, más recientemente, el cuaderno poético CachivacheColón Pratts ha recreado y reafirmado con Estilete, en las letras pepinianas, una voluntad similar a las ya mencionadas por arremeter contra mercenarios híbridos, macharranes y disparateros. E interpreta que, a partir de las «canilleras ideológicas de Muñoz», es decir, la escuela del muñocismo se «abrió paso a los más absurdos comportamientos» (p. 70). Aún así, él utiliza su trinchera profesional y desde ella comunica a todo un país que, por fortuna, ese abismo ideológico que lo separa del reformismo y el anexionismo colonizado, es un marco salvador, distancia cautelosa y posible «desde estos montes pepinianos» porque, «afortunadamente todavía almacenan un algo de vergüenza» (p. 56).

EnLas doce en punto al referir las payasadas culturales de Doña Fela Rincón de Gautier, Celeste Benítez y el mismo Muñoz, su intención es mostrar lo dañino del mimetismo colonial. Desde los reculajes de la Pava al penepeísmo, encarnado en Romero y Roselló, han proliferado los funcionarios que desde poder detentado transitan hacia al disparate, la corrupción, la legislación esnobista, trivializadora y el delito criminal, no siendo siempre convictos. El resultado final es descrito como la la cafrerización, lumpenización y relajo de la administración pública (p. 59), cuyas manifestaciones habituales tienden a ser ya algo más que cinismo, privilegio y enriquecimiento ilícito, sino violencia política, vigilancia indeseada y viciosa a «distinguida gente prohibida» (el elemento intelectual progresista), agresiones contra el pueblo (obreros en huelga, estudiantes y/o inocentes) y, así como la exquisitación y extranjerización de las profesiones y la pretensiosidad pequeño-burguesa.

Por esta razón, las definiciones de estilete (que sirven de motivo gráfico en la portada) son todas adecuadas para perfilar el contenido y dar título al libro de Ramón Edwin. Estilete lastima y arde como púa o punzón clavado en las collejas del ser-en del Don Nadie, Das Man, con su proyecto desfigurado y desfigurador. Este es el proyecto que permite que en el país, para fines prácticos, prevalezcan leyes que penalizan el ser pobre. Estilete «sirve para reconocer ciertas heridas» en la psiquis colectiva de este pueblo y, como «el gnomon del reloj de sol», marca el tiempo, epocaliza y tempora con sucesión rítmica.

Este es autor se ha beneficiado por el conocimiento de las herramientas críticas y conceptuales del Derecho y, siendo utilizadas por él en las páginas de su libro, sirven para despabilar la candidez del ciudadano y exponer, en sus propios términos, el ejercicio autoritario de la ley, las instituciones, sus trámites y sus regulaciones chanchullescas. Colón Pratts acusará la gratuidad de la arrogancia e irresponsabilidad con que funcionan ciertas instituciones públicas, los artificios despóticos de sus burocracias y, en particular, los que «se jactan de pujar tanto» (p. 18), amparados por el poder de la indiferencia, el enchufamiento y la mediocridad. Bien dice él que, en Puerto Rico:

... en este bendito país (...) el individualismo, narcisismo y el 'sálvese el que pueda' es la regla de oro de la supervivencia... (cuando) ... hay funcionarios que no funcionan, abogados que no abogan y procuradores que no procuran... (ps.107, 109)
En el libro se recogen los comentarios de Colón Pratts sobre los verdaderos rostros y figuras del administrador colonizado: Luis A. Ferré, «cuya única contribución», al pueblo «fue demostrarle que cualquier adinerado puede llegar a la gobernación» (p. 60), Roberto Sánchez Vilella, Justo Méndez, Carlos Romero Barceló, el más desfachatado y criminal, Jorge Collazo, Sila Nazario, José Alfredo Hernández Mayoral (Un hombre sin biografía), Jorge Castro y otros. Claro está, al inicio de su lista, está el extinto Muñoz Marín que, «con todos sus escándalos de buscón de preeminencia y espacio privilegiado en la historia» (p. 59) fue la fuente germinal. Del vientre ideológico de Muñoz, surgirá El Gallito, Rafael Hernández Colón, de quien dice Ramón Edwin que tuvo «el dudoso honor de ser nuestro primer gobernador de probeta» (p. 60).

Cuando nos pasea por algunas páginas de reflexión localista y la nostalgia pueblerina, conocemos un poco más sobre su familia, sus vecinos y biografía personal. Para la generación de su padre y Don Mónico, su compadre, así como la de él, fue importante la memoria musical de una vellonera en su esquina, la discografía de Felipe Rodríguez («La Voz»), el Día de Reyes de los pobres, la evocación de Quebrada Salada, el trauma de la enseñanza del inglés cuando se impuso como agresión cultural, oficialmente, en 1902 y otros temas.

Finalmente, es cierto, Estilete no pretende dar prosa poética como su objetivo esencial; pero, con ensayos como Jorgito, sus evocaciones de lo que fue Quebrada Salada y ya no es más, en Una canallada (que alegoriza el rechazo de la (Isla) Nena al traicionero violador, el macharrán, granuja del Imperio), se alcanza ese nivel que funde ternura, nostalgia y poesía. Y hay poesía en el prólogo de Larisa Maité, la menor de sus hijas, y en la radiografía espiritual con que Taina Maité, la mayor, sintetiza en la contratapa el motivo por el que su padre escribe:

Estilete lleva, de manera auténtica y humana, la fuerza y el encanto de la sensibilidad, expresión y vivencias de su autor; vivencias estrechamente vinculadas al devenir histórico de su tiempo y a la noble encomienda de ser puertorriqueño. [...] Pareciera, que muy a pesar de lo utópico que resulta su lucha por forjar una nación tan fuerte como sus convicciones, su voz, su pluma y su verdad, no se rinden nunca».

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jueves, 23 de febrero de 2012

Textos / Diversos /


Meditaciones sádicas


A Donatien Alphonse François,
Marquis de Sade
(1740 – 1814)
Usted no se me asuste de que haya descubierto
el carajo bajo tela, el pícaro bulto en sus calzones,
bragas mojadas de una monja bajo su cama,
o una criadilla sin derecho a nada,
y a usted en cuclillas.

Que haya un Príapo caliente
hoseando en monasterios, o tal vez
en el castillo del monte, que no lo conturbe
y mucho menos se alebreste
... porque Justina se enamora
o ante la vista del Monje, algún ligón en fajina
es quien se complazca con el Otro, o con ella,
o con todas en harem, todas
con sus insaciables apetitos.

Largamente negada ha sido la carne,
largamente ultrajado lo venéreo y hay placeres
muy dulces, demolidos con mucha decretalia apendejante.
Y vivimos tiempos de adversidad, miseria sexual
incluída, hambre de lo recto que hay en lo torcido
de los solitarios y esos escritores góticos,
que no son predecibles
y claman las ayudantías del infierno,
magia de los diablos azules... por eso me gustan
(y algo tienen entre manos) Matthew Lewis
y Ann Radcliffe. Imaginación, o ¡qué va!
hambre y sed de algo prohibido
y más sobrernatural que la conformidad
y la rutina por maña; hay que crear dilemas
(ahora que se resiste todavía la descripción acuciosa
de hombres y mujeres, plenos, minuciosamente
descritos en su líbido, pormenorizadamente
en su ira, o su rubor, o en desvergüenzas
de riqueza injusta y miseria atormentante...)
Es indispensable que inventemos desenlaces
hasta con diablos que se sacan de lo oscuro,
sacudir lo que antes no se dio por compasión
o rito iluminante... masturbar la sosera
y sacar leche o combustible o llanto.

2.

No en aras de una aparición
de pálidos mundos, no es lo que quiero
para los infortunios de mi Juliette o cualquier
niña virtuosa; yo no estoy 120 días en Sodoma
para que todo quede igual que antes,
la misma ley prohibidora,
la filosofía que no se goza en la cama,
las mismas quejas de esperar a una edad
o a un estatus o género que nunca se culmina...
... me llevo a Ambrosio al sacrificio
no donde hayan fantasmagorías, allá no,
donde haya gente, ruda y bruta gente, no magia,
donde haya violentos apetitos
y virtudes cansadas de la vida retrógrada,
donde haya mucho dolor y, de veras,
sea honesta la disyuntiva final, la simpatía
y se aprenda para quién se busca,
si para el exquisito torturador
o la víctima rendida y azotada...
... yo quiero que él sepa, si es monje
o si es homicida, yo quiero que ella sepa
si es hembra o ángel con aliento y vuelo,
vaporoso ay, sin sustancia, yo quiero colocar
todo lo oscuro de la psiquis, no digo vicios,
especificidades del alma, en el crisol
del rayo de luz sobre la blanca sábana...

3.

No te asustes, Ana, te contaré un romance
y el horror que contiene ilustra, sacude mundos
dormidos, apáticas consciencias... me traje
estos detalles de Sodoma y hay quien dice,
yo, con él, «ésta es la historia más impura
que se ha escrito desde que el mundo existe».
Es que esta historia, siendo bella, va al agujero
que conecta al intestino; no hay crueldad
ni siquiera un ultraje, sólo un evento
de regocijada sodomía...

Te contaré la historia de Eugenie de Franval,
y cómo la soñó su hermano y cómo avanzó
sobre remilgos y convencionalismos
y se armó de ironía, no de crueldad,
de ironía y Eugenie, al fin, seducida.
Puede que todo lo que sienta un libertino
subvierta la imaginación moral,
puede que vaya a galope, maniáticamente,
y gratifique el deseo, puede que agreda
y duela, que alguno se queje,
pero esta fue una verdadera historia
de amor y seducción
y soy el primero que la dice
y voy a llamarla en otra historia, Sophie,
y la voy a atormentar un poco más porque,
con el dolor, es que goza... Es necesario
que sorprenda sus umbrales de dolor y que me diga:
«Soy tu costilla dura».

Me ofrecerá un poco más de sonrisa y sangre suya
sobre las colchas... me devolverá la creación
y les diré a los pusilánimes,
vean esta causa, sincérense con estas sombras,
así somos algunos, y no sólo el inquisidor
es quien tortura ni son las brujas perversas
y dignas de que ardan en la hoguera,
ésta es la niña virtuosa,
la más pulcra que se tendió en la cama...

4.

Pero ella, como yo, no quiso que le explicaran
que nació de polvo, inferior al mismo varón,
o a quien se montara arriba de su ombligo,
o la expulsara como Adán siendo la primera bicha / mona /
liliputa / .., ésta ya no quiere blasfemia para sí
de la Iglesia Católica y por eso regala
la húmeda arcilla de sus fantasías y me dice:
«Ház con ella, Donatien, Marqués pornógrafo,
el canto de extrema libertad, mío y tuyo,
házme hembra sin génesis, o hilvana
al Adán sin misticismo, sin moral,
haz el crimen perfecto de los inculpadores
que adormecieron a nuestros cuerpos y los torturaron».

«Es la hora de escupir su ley y su establecimiento...
porque te ví sufrir, cautivo, por treintidós años
de tu vida privado, en menosprecio, escupido.
Diez años encerrado en La Bastilla,
trece años etiquetado como demente
por estúpidos rivales que se gozaron en verte triste
en el Asilo de Charenton...
y un mes doliente en Conciergerie, dos
en una fortaleza por revolucionario, cuatro años
en confinamiento total entre Bicêtre y Sainte-Pélagie,
¿cómo no vas a tener fantasías para llenar
la soledad con gozos y engordar el deseo
del que te disociaron... y qué de malo
has de ver en juveniles prostitutas
que llevas al Castillo de Lacoste, qué mal
que Anne-Prospère, en adición
a tu mujer, te haya gustado?»

5.

¿Quién es tu Juliette, quién puta es,
Donatien Alphonse, sino la mirada entristecida
que echaste sobre la mierda de Europa?
ironía sarcástica en torno a estas ideologías roussianas
de protesta iluminista, puño cerrado que aplasta
con fiereza lobuna la ideología de Hobbes
e hipócritas ingleses al mando,
a cual más vampiro colmilludo y chupasangre,
mentirosos embadurnados de kantismo en Alemania,
o de razón y terror en el París post-revolucionario...

Así de corruptor el Hombre-Bestia se pervive de fondo,
aliado con sátrapas sociales, sus consejeros
de Leviatán al pie de la cabecera,
igualmente indeseables en la madrugada
o en ritmo diurno con los castra-raíces,
mutiladores de rústicas inocencias
como la de los salvajes de noble aliento
que apenas aprendieron a vivir en las ciudades
y este mundo que juzgaste desde el Castillo de Lacoste.
... así es Juliette, la calculadora,
imperativo categórico inicial de hambre caníbal,
razón hecha venganza y escepticismo delirante
por tanta miseria irredimida, Domingo de Pascua
con Rose Keller que desde Arcueil acusara
«que hay que huirte o tirarse por ventanas
o altas torres cuando estás cerca»
porque, si algo mereces, no es ternura
ni sexo, sino encarcelamiento, jaula
en Château de Saumur, prisión
como entonces y siempre.

6.

¿Quién instauraría, si fuese posible, un Orden Social
reconciliador cuando la Razón tan amargamente
grita sus tajantes desprecios de todo a todo
y la naturaleza sensible y libidinosa
aún da alaridos por verse en carne viva?

¿Quién si la historia acumuló en sí tanta negación
de la bondad innata? Que nada queda, nada, nada...
sólo este cruento Reino de Terror.
Y tus textos transgresores por legado
para que cómodamente las Dworkin del mundo
te llamen Sade odioso, goza-putas, golpeador
de criadillas y epítome del posesivo macho,
Marqués marcado de sadismo amacharrado.
Precursor de los nihilistas,
negador de los valores cristianos...

¿Pero qué valores? ¿cuáles
la aristocracia tuvo que en tí mismo
rechazaste? ¿cúales tuvo
aquel materialismo europeo antes y después
de Rousseau o de Hobbes?

7.

«Donatien Alphonse François, are you
the freest spirit that has yet existed»:

Guillaume Apollinaire
Cómplice es tu mujer de lo que haces
y cada país con su mitología de afrodisíacos,
casi venenos, casi licor, todo el mundo mintiendo
sobre cómo se haría intenso un orgasmo
y el llanto tornado en muecas y en frenesí glorioso
pese a la angustia, la incertidumbre
y toda dependencia y temor a castigo.

¡Qué prematuramente te capturó la angustia,
Donatien Alphonse, reo en la Fortaleza de Miolans
y qué lindo se siente escapar y volver a Lacoste
con empleadillos cómplices que aman,
como tú, las orgías y Les 120 Journées de Sodom
y les voyages d'Italie, qué afortunado
que una bala de un padre disgustado no te ciegue
la vida cuando vindica el honor de la hija
que robaste, qué prematuranente triste
que no puedas ser libre para gozar impunemente
y que caigas en prisión en Vincennes!

Te condenan a muerte, pero qué interesante
e idónea es una celda en que puedas
conversar con el Conde de Mirabeau
y se contagien el erotismo, aunque sólo los vinculara
en rigor la Revolución, Francia y La Bastilla
convertida en símbolo de muerte y de revolución
porque allí si que se mataban los prisioneros
(sumados a rebeldes verdaderos y ladrones,
lo mejor del jacobinismo roussoniano)
y La Bastilla resumía la injusticia y miseria de la nación...

¿Serás de veras, Donatien Alphonse,
el libertino más sagaz, salta-colchas
con el espíritu más libre, serás el menos demente
de todos los que han pasado por los manicomios
con una canción amarga de libertad
y una dosis apetitosa y violenta de sexo?
¿Saludarán en tí el existencialismo radical
las futuras feministas, unas
como Simone de Beauvoir
o a 150 años de surgir la doctrina freudiana
neo-góticos rechazarán que veas
el patio trasero de las causas,
la conducta subyacente de todos los motivos
en el pan-erotismo,
el sentido de lo humano?

[Del libro «Estéticas mostrencas y vitalezs»]

Meditaciones sádicas

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Amonestación a Gilles de Rais


No te puso él, el Sol que prepara
en ringleras la vida, a ramal y media manta.
No te dio miseria ni retablillo para que recogieras
pajas de las eras. Te dio olivares de Samaní
y en las mañanas de Tiferet,
salud, alegría de la vida.

Te llamó a armonía, a balance,
a su gran visión y como amabas
a Catherine de Thouar, no te dijo
«ráptala», sino ve por ella y profetízale
un amor inmenso.

En casa de rey te puso
con Carlos VII y Mariscal de Francia
fuiste porque el Sol que prepara
las ringleras de la vida quería
que alcanzaras el Secreto,
que los Magos alcanzan en su luz
cuando dicen que la Tierra es sagrada.

Y ella murió y te dolía
que no la amaste con la intensidad
que habías prometido.

En su lugar, preferíste la Fortuna,
no la que es por el Sol de Tiferet,
sino la que lleva a tuche y del alma
hace un jorro, no hija de Sacerdote.

De tu Ego hicíste un simulacro,
nigromante. Entraste a laberintos de perdición
y aún decías: «Amo la música, los placeres,
la Tierra sagrada, y defiendo la Libertad».

Te apartaste del Cerebro Oculto
y del útero que brinda alegría
y cuyo fruto es bueno.
Echaste mano de un retablillo
y recogías lujuria.

Mas quien te creó lanzó un gancho
de su amor y te puso como lugarteniente
de la Madre de Francia.

Ella por la Libertad dio la vida y habló de Vav,
la conexión del Altísimo, que es el sol
que prepara las ringleras de la vida
y el primer Estado confecciona
para la trascendencia.

El te puso en las tiendas del Arco
y víste la hermosura de la Doncella de Orleáns
y fuíste su lugarteniente... ¿Será cierto
que amas lo sublime? porque Juana lo es.

En medio de la guerra, la viste.
Gancho de redención tiró él
cuando dolido estabas por la muerte
de Thouar... «¡Qué hermosa es la campesina!»,
decías, aunque ella vestía de varón.

Como Diana es, como Démeter
que juega en los trigales.
Y su boca era un rayo contra el error
y las prisiones. Juana fue la historia
en su afán de romper la esclavitud
y el yugo de las imposiciones extranjeras.

Entonces, aquel que da las rupturas necesarias
y gira la Rueda del Destino, movió
las fuerzas con energía que no esperabas
y preguntó: «¿Por qué te decidirás, Gilles de Rais?»
... si fama y riqueza no necesitas, ¿qué?

Quien prepara en ringleras la vida,
te dejó que sirvieras banquetes,
cenas para los poderosos,
que dieras bailes
para que exhibieras tu garbo,
tu elocuencia.

En la suntuosidad hicíste casa hasta el despilfarro
y hablaste de pasión y de sabiduría... y él lo permitió
porque a ramal y media asta no te quiso
con tal de que protegieras a Juana,
la doncella de Orleáns y dijera al Delfin:
«Hija de Sacerdote es, alma bella,
digna de las naciones, princesa es
de la Libertad»; pero, a ella la atrajo
la boca de su Dios,
el poder-ser de la Muerte
y los ángeles que le hablaban la llamaron
a sus mundos, el que es Porvernir
de recompensa. En cambio, tú dijíste:

«Quiero la vida, aquí y ahora. El mundo
es placentero y lo será aunque ella falte.
Con mis libros, con la música,
con galas de todo lo que es hermoso,
yo buscaré mi placer y desafiaré a quienes
han dado muerte a esa niña, mi adorable Juana».

A ella la prendieron en la hoguera
después de humillaciones y presidios.
De ella se burlaron y cometieron en su cuerpo
infamias, porque dijo que es virgen
y que, por su boca, Dios declara Libertad.
«Odio a los que te quitaron la vida,Juana,
doncella mía, yo te vengaré».

Y el que a él no puso a recoger pajas
de las eras, el que en palacio de Carlos VII
sirvió y con espada alcanzó fama y rango,
anduvo como perdido y la angustia
hizo su ego monstruoso.

En recámaras de su palacio
hizo profanaciones, bebía sangre,
y entraba a barrios de miseria
para buscar niños hambrientos
y elegía a los que, pese a su palidez
y flacura, pareciesen sombras de Juana,
la doncella que amó, trasunto de su hermosura,
Juana viripotente, enérgica,
Juana de nalgas calipigias y senos duros
(a los que ningún varón, so riesgo de la muerte,
besó); pero Juana no existía más,
Juana, puñado de polvo y ceniza...

<>

Profecía a los infanticidas


Y tú que tomaste el dolor demasiado en serio
y con la paz de espíritu hicíste añicos...
mataste, Gilles de Rais, mis palomas
y mis niños santos, infanticida.
Tu mundo asesinó a la Madre Fértil,
pero tú asesinas a la generación
de mis semillas sobre la tierra.
Traicionas a quien no dejó que tomaras
retablillo y fueses el obrero que limpia
las eras. No quise que te entendieras con dolor
y buscaste la paja y a la semilla quemaste.

Y tú, que dijíste Venganza, el más serio
y luctuoso de los dolores y tú,
que dijiste Depresión para autoderrotarte,
mariscal del pesimismo, y Yo, que perdono
hasta los buitres del miedo: ¿qué haré contigo
si no eres valiente y al Giro de la Rueda
maldices? ... no miras atrás si paciencia
exhorto cuando digo: «Espera y calla»
que no hay oportunidad al azar.
Giro para traer la Mano que atrapa,
retiro el rigor, y la mano se detiene y salva.

Yo sólo pido eso. Espera la Mano
que atrapa y detiene el giro del infortunio
porque la Mano de mi ángel
siempre envío al Monte de Moriah
y el hacha de sacrificio se bendice en la ofrenda
de Isaak... ¿por qué la Mano rechazaste,
tú, a quien dí la visión de Francia?
¿Qué has hecho que dices que no hay
libertad en tu mundo?

La Libertad es el afecto de quien dice
No al egoísmo, libertad es que la consciencia
en lo físico no quede fragmentada
y van 200 niños a los que niegas su kelim,
caníbal? ¿Dónde dejaste, a quien díste
las virtudes de tu alma? porque yo te mostré
la hija del Sacerdote, la bruja de las edades,
y te dije tan claro su nombre y te dejé
frente a su tienda, en medio de ejércitos
de libertad y resistencia... te dije su nombre:
Juana de Arco, la alegría de Francia,
la inspiración futura y eterna
para tu inocencia...

... pero he aquí, que en la hora
en que giro la historia y pruebo en el éter
a los que alegaron: «Somos leales»,
y debajo de los cobijos hablaron,
no hay Shiflut, humildad,
no hay sinceridad,
no hay misericordia,
no hay verdad,
no hay amor,
no hay fe,
entonces, zaramullo,
para nada me sirve tu Alma,
porque la escondes en Tinieblas
y te comes la carne de mis semillas
y violas la santidad, asesino.





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miércoles, 22 de febrero de 2012

Textos / Carlos López Dzur





LO MEJOR DE LAS MEMORIAS

Dice la que teje las cosas alabadas desde antiguo
que existe un Arquetipo de los gozos,
época de orgasmos ancestrales donde los Divinos
cazadores de ágiles ecos de lo humano
atrapaban alegrías de las recolectoras.
Las atajaban en montes numinosos,
se acostaban en cuevas, junto a ellas
hasta hacerlas soñar con otros cielos,
ultraterrenos, transmundanas esferas,
donde todo es eterno, redondo,
delicioso, abundante, perenne,
y se nace sin zurdez
ni mala pata, como se nace en linajes
del defecto genético.

Con los Divinos se heredan
perfecciones y no hay vergüenza ni taras.
Nadie cose. Nadie borda.
Nadie tiñe la lana con púrpura
en mundos lumínicos, más transparentes
que las radiancias blancas de la luz,
donde se puede andar desnudo.

Dice la tejedora, veloz dibujante del pasado,
quien hila memorias que embelesan
a todo a quien la oye,
que la diosa de la sabiduría y la guerra
(la verdadera Diosa / no sus profetisas
ni vendecuentos, la verdadera Diosa
que habita mundos más finos de la raza humana
y quien sólo se asoma a las regiones
donde viv el Arquetipo del futuro andrógino),
vino a sugerir que ella le pinte
algún aspecto del quehacer
de la Tierra, a invitarla a competir
en un concurso de amor
por la Memoria Sagrada
de la Madre de Musas.

Y ella aceptó.
No por engreída.
No por desmesura.
No por ibris impuro.
No por ser pornográfica.
No por ser sacrílega.
Por amor.
Por amor a su pueblo.
Por amor a su padre el Tintorero.
Por amor al primer varón que conoció.
Uno de hermosas pantorrillas,
suaves nalgas,
sin pelo.

Creyó que era un ángel.
O un dios.

07-12-1977

[Del libro «Las zonas del carácter»}

<>

SOLEDAD E IDEAL

«Estoy solo con mi idea dominante. Ella es la que me sostiene en mis postraciones, la que me empuja hacia delante, la que apaga en su fuego inextinguible mis lágrimas secretas, la que me hace superior a la soledad, a la tristeza, a la pobreza, a las calumnias, a las emulaciones, al desdén y al olvido de los míos, al rencor y a los insultos de nuestros enemigos. 'Ella es mi patria, mi familia, mi desposada, mi único amigo, mi único auxiliar, mi único amparo, mi fe, mi esperanza, mi amor, mi fortaleza. Ella es la que me señala en Puerto Rico mi deber; la que me indica en Cuba mi estímulo, la que me muestra la gran patria del porvenir en toda la América Latina': De Hostos, Obras Completas, XIV, 7
«La soledad empieza cuando alguien
ataca y no lo esperabas, ¿por qué se atropella
un ideal, o moral que al hombre supera?
O Hay soledad cuando te exijen
que pongas tu inteligencia
en cosas dudosamente productivas, rentables,
del beneficio, el mercado, de unos pocos.

Otros, de plano, aspiran a ser como puercos
en banquete del poderoso y ser el comensal
que vaya a su lado, un reptil
de los que pueblan la isla
como un pueblo enfermo,
alma de lagartija, o gallina de palo y lengua larga
(pero que calla sólo fustigada por rencor,
muere en el miedo).

Pero tú no te callas. No se puede
cuando se vive a la altura de un Ideal Supremo,
con una idea dominante de servicio,
«Ella es la patria».

II.

Desde su visión demasiado mezquina
es la calumnia, el olvido que fabrican los ingratos,
la tristeza que muelen los días.

Diran que no eres tan presumiblemente
'elocuente', si no eres «listo»
para escapar DE la miseria que imponen.
No hicíste dinero ni lo sabes aprovechar
para tu dicha. O hacer tu mundo
uno reducido a fatuidad
de lo 'bello', sí, lo Bello-mitológico.

El opresor echa mano a la lujuria
de las apropiaciones
y se inventa el ultraje cuando siente apetito
de la hermana otredad,
la que no es suya y cuya gracia
no es ya la perfecta simetría
yuxtapuesta a espejos gigantescos
de lo desconocido.

[Del libro «Hostosianas»}

<>

NO HABIA CULPA

Antes, cuando siquiera tenías falda ni hazaleja
que te cubriera, sólo pelos, vellos,
hirsutez por todos lados,
cuando eras la Gran Vagina, cerámica
de la cueva láctea, Vasija amplia
del hueso del misterio,
no había Tyché, tijé no había,
ni siquiera culpa...

Antes no había determinación que limitara
la libertad de amarnos, sólo
había transiciones armoniosas.
Tyché se complacía con variados cambios.
Podía tener tu mala pata y no ser maldita
como Lábda, la coja, podías tú ser ciego
como Polo y seguir en el remiendo de relojes.

Ninguno, cuyo signo en la memoria
vivo o muerto te supiera, te hacía culpable
en aquella horda primitiva
siendo que eras Simia Peluda,
omnipotente, unitaria...

Eras padre y madre, original y vívida Mnemosyne,
colectora de todas las memorias,
alimentadora de todos los hyiós,
transeúnte del territorio dinámico
y vulvo-fálico de todo lo inconsciente
que asomara al evolucionismo,
a las ganas resurrectoras,
a las alegrías de las regeneraciones,
a la fertilidad del Nilo,
a la corona Atef,
al cayado que no es poder ni látigo,
sino incestuosa complicidad de Osiris
con el Uas / cetro y mayal de Ella /
tierra y agua /
materia y laguna con sus peces...

No había culpa, tan sólo ese poquito de vergüenza
porque Ra maldijo el erotismo y dijo
que su esposa adultera
(él fue el primero).

[Del libro «Las zonas del carácter»]

<>

GENESIS DEL TIRANNIOS DOMINATIO

Te puso el dedo para fundar el 'tiraniis dominatio'
con la superbia regnum... y tú, Umbra Ignis,
con la diversidad hilvanarías hasta en el gozo
con que la Luna afortunada se aprovecha
de los rayos solares: forjando a Jonsu.

Nut es polígama, poliándrica,
cachonda y Geb la quiere
y Thot la ama, por igual.
Porque no había culpa, vergüenza
de lo extremo en los Valles del Estrum
y había nervios y cautela,
pero no había culpa,
no había culpa ni dedos acusadores.

En los días epagómenos
de los cinco sentidos,
tu dedo Tirano Ra
fue el primero.

22-09-1977

[Del libro «Las zonas del carácter»]

<>

OPOSICIONES


Está postrada allí, fluída, autónoma, volátil
la errática viuda, invisible a los ojos,
lado oculto de muerte misteriosa
y de vida adversa, pero de gran hermosura:
la justicia del Bien, la bondadosa.

Sigue ahí, tras la apariencia
de lo ilógico y cotidiano y admitido...
la terquedad del negligente, presuroso,
en pos de cosas hermosas, esclavizables
y ultrajables, por ser meramente adquiribles,
o seducibles, no escondidas,
pero tú no las quieres si con la patria
no vienen. Lo valioso y lo bello
es unidad dde patria, el único proyecto,
idea dominante: la Verdadera Familia,
lai desposada, el único amigo,
único auxiliar, único amparo.
Fe, esperanza, amor Y fortaleza
POR LAS QUE VIVO

15-09-2001

[Del libro «Hostosianas»}

~O~

Fragmentos / LAS ZONAS DEL CARACTER


No venga el mercader a robar
el secreto de esas dos piernas que son
los pilares del Templo de la Dicha.

No vengan las hachas a cortar de sus árboles
y dejar como escombros sus ramajes.

No suban a sus penachos, no derriben
sus nidos, sus cortezas, no entren
a su tronco ni vean sus venas
ni su savia caliente,
si no aman su raíz.

No venga nadie que no la necesite
a ofrecer más de lo que quiere.
No prometa las mentiras
que la muerte concedecomo vida que le falta.

No vengan los más vivos que ella
a despreciar el árbol que ella vive,
el don de su olor propio, inefable,
exclusivo, mágico,
tan salvadoreño.

5.

La madrugada dentro de mí ella la enciende
aunque sea oscura la noche sobre el mundo.
Con sus uñas, escarbó en mi tierra
y sacó un corazón, no florecido.

Su lengua como ápice se metió
en mi saliva y escribió sus serpientes.

Por eso tengo un nombre del origen
y participo de la Danza de Nut
y ella es el Cielo y la Nube que me cubre
y yo estoy bajo sus pechos, bebiéndola.

Con sudor de sus brazos, me enroscaré
en su geografía, resbalaré en su arcilla
y armaré la tersura con mis soles.

Ella es semilla y sol,
ritual de raíz y lluvia y, claro,
bailadora, frenesí geotrópico,
ova y valva, polen y útero.

6.

Ni modo que me crea el primero,
el único, el postrero, que madrugó
a saber que ella es un árbol de vida.
No soy el carpintero que techa su libertad
y la habita en un pequeño recuadro
y le hace jaulas ni soy el músico
que rimará sus cantos por vanidad
de reducirla a pentagrama.

No es musa que irrumpa, por encargo,
a la página alegre de mis existenciarios.
No es satanás erotizada, una culebra,
que ha salido del reino de lo oscuro
a fundar mi sexo con su sexo.
Ella es libre y por eso la quiero.

No es una diaria hostia consagrada al deseo;
pero acelera algún espacio de la noche
y es una llama y olor en carne viva
de lo desconocido y esplendor,
a veces ciego, pero siempre profundo.

<>



5. LOS INDIGNADOS

Ocupadores, ocupantes, el espacio es
de los que caminan.
Quieto a nadie le importas.
No te ven. Nadie abre la puerta
ni ha de decirte: '¿Qué queires?'
ni 'ven y pasa, hablemos'.

Este es el peregrinaje de ‘jalaj’,
este el ir con los que laboran
por haber hallado la meta del Deber,
el correcto proceder
que consiste en decir lo que se quiere,
lo que ajusticia y redime.

¡A legislar, didignados!.
Este es Tu kasher / tu Sakal / tu Hacer Correcto,
tu poner la voz donde hay justicia.
Tocar en la puerta de los ricos y decir:
'Quiero mi parte, lo que a mí has robado'.

<>

SIN SHALAV NO HAY SHALOM


Escucha la tarea que, conceptualizara Maimónides,
«Vayan en calma, pero no perplejos.
Quien quiera estar tranquilo, en el mundo salvaje
ante engañosos y opresores, haga lo correcto,
cumpla el ‘kosher’, del verdadero Tzedaká.

Sólo así verá que la solución existe,
se tramita y se pide, sólo así
se materializa el ‘shalav’,
el estar tranquilo”, ‘shalvá’
porque sin ‘shalav’, no hay ‘shalom’
tenecia de paz, sensación de plenitud.


6. NO ES POR RABIA NI RENCOR


«... Justicia, justicia perseguirás para que vivas»:
Dt.
16:20
No es por indignación que la masa
de los emprendores se ha juntado
a condenar la avaricia empresarial,
la ruina hipotecaria en la que vive,
el salario que les duele y escapa
con los pagos de servicios,
impuestos, utilidades y bancos.

No fue indignación la razón por la que ustedes
se tomaron la calle y ocuparon la ciudad
o los derredores de la Milla de Oro...

¡Es que aspiran a ser
ciudadano completo / demócrata de veras /
para disfrutar con paz cualquier derecho!
y la sensación de estarse
enteramente / indiviso /
con Tov / lo bueno / lo que prospera /
la riqueza básica del Ser.

<>

7. Jevrá kadishá


«Al sheloshá devarim haolam omed:
Jevrá kadishá»:
Shimón ben Gamliel
¿De qué se sostendrá el mundo si es digno
de llamarse Sociedad Santa / Jevrá kadishá?
De quien viene a ocuparse de la Verdad
y LA convierte en Justicia
y con la ofrenda de Justicia
propicia paz; la consolida.

Mas no me diga Sahalom / la Paz sea Contigo,
quien me oprimne. No hay paz
ni en la pobreza ni en la consciencia humillada
No hay tzedaká / ofrenda de virtud /
si la voluntad no es libre,
si se tiene miedo,aspiramos
a los mismos vicios que los explotadores.

No me diga nadie «Sahalom / la Paz sea Contigo»,
porque este sábado y todos los días
son para la Revolución no en los templos.
En la calle, donde el prójimo
sabe con quiénes está mi apoyo
y el mayor regocijo.

[Del libro «La revolución profunda»]

<>



La visión de Tzedaká / Occupy


a los miles de partidarios de Occupy
en Norteamérica y Puerto Rico

«Ayudar a otros es el rasgo más excelso de la humanidad, más que ningún precepto positivo, pues esto son la señal distintiva del hombre justo, de la simiente de Abraham, Nuestro Padre... hacer tzedaká»:
Maimónides
Ustedes se tomaron la calle y ocuparon
cada lugar que pueden, donde y no
se le permite. Hay que hacerlo,
valídese ese símblo.
Marquen la historia con el gesto.

No digan meramente
que son los Indignados porque frustrado
y en ira vive hasta quienes
no entienden, ni crean y maltratan
al inocente o cualquier desprevenido.
Ustedes son los legisladores.
Las democracia participativa,
el gobierno que no se esconde.

2.

Pongo este grano de la visión ocupante
que aprendí de Maimónides,
el pionero en proveer el concepto
y la práctica de la Voluntad\
tensada para Ser Libre.
Compañeros: bella e inspiradora
es la visión de la Tzadeká.

El más excelso de los bienes
es ayudar a otro. Y la señal del ciudadano justo
ha de medirse por eso: tzedaká.

Cuando se toma la calle con ética de pueblo,
con razón de futuro, una pizca de la realidad,
por pequeña sea, se ha entendido
y asoma la decencia; lo primero que se entiende
es que digno es el hombre y la mujer
de su salario y que, sin él,
no hay 'kupá',
el fondo para ell diario alimento.

3. SON ALGO MAS


No digan que son
indignados meramente.
Son quienes comienzan a entender
que sin Tzedeká, sin ayudar al prójimo,
no hay decencia ni solidaridad
ni compasión NI CARIDAD QUE VALGA
... haced tezdaká, dice Maimónides,
y en pública asamblea, JUSTICIA y en las calles,
que no se silencie el gritos que, con reclamos, lucha.
A ustedes que han entrado
los espacios simbólicos
de la decencia nacional y la patria,
ocupar puede que les esté vedado
pero no acallar sus voces
porque esta es la hora de prueba,
su Veredicto contra explotadores.



Wordpress / OccupyCA

4.

Mirad, jóvenes partícipes,
que no digo que los arma para su seguridad
y beneficio la esperanza
porque 'ocupar', en libertad, sin permiso
de los amos del mundo, es peligroso
y sean ustedes muchos o pocos,
van a desafiar a un Monstruo Temble,
la la avaricias y hacer libre
la voluntad, con tono anti-sistémico,
no es lo más fácil dekl mundo..

Es cómodo pedir respaldo de un partido,
o de una gran organización. Para ocupar
hay que pararse solo, unirse con los solos
que avanzan hacia la calle, los parques
y las plazas, y llevarse consigo
su conciencia. Y les digo: consciencia
de Tzedaká, voluntad libre
y de ayudar a otros.

<>


En Puerto Rico / Facebook

UNIRSE CON LOS SOLOS Y SENTIRSE SOLIDARIO


Unirse con los solos en los momentos de crisis,
es resistencia y desata la invasión
(no como estrategia improvisada; forma su guía
con decencia suficiente)
para que comience
el esperarnzar, desbrujo global
de la injusticia, hilado pausado
de la verdadera democracia popular.

Ustedes ya son la voz
de una revolución profunda.
Todas las que nacen del Tzedaká
son profundas, aunque no sean mistéricas.
Ni pedidas por la prens viciada
ni protegida por las masas\
que miran y se las manos
como especies ajenas,
no raíz del reclamo.

Al gobierno / como al ciudadano justo /
lo conocerás por su dar,
por su respeto al prójimo,
por la kupá y tikkum con que restaura
nuestras vidasl pero no es el momento aún:
hay que unirse con los solos,
hay que probarse en fuego
y sin desgaste.

<>



«The Spanish protests (Madrid’s Puerta del Sol and Barcelona’s Plaça Catalunya) brought together a wide array of social and economic complaints — regarding debt, housing, and education, among others — but their “indignation,” which the Spanish press early on identified as their defining affect, was clearly directed at a political system incapable of addressing these issues. Against the pretense of democracy offered by the current representational system, the protesters posed as one of their central slogans, “Democracia real ya,” or “Real democracy now.»: The Fight for ‘Real Democracy’ at the Heart of Occupy Wall Street

COMO SI OCUPARAS UNA SOLA GARGANTA


«Estamos hartos de la avaricia empresarial, la corrupción
y arrogancia que han infligido dolor a demasiados por
demasiado tiempo»:
Leo Gerard.
Habría que comenzar como voz repetida
replicando el eco, magnificándolo en los predios
de plazas, o parques y muros; para la visión
del Tzedeká Ocupante.

En el movimiento, redefina la comunicación
de modo que no haya voz débil, inaudible y aislada.
No se deje oir solo. Hable y que mastiquen
sus palabras como coro, quien está
a su lado. Hable con ellos
como en el mismo megáfono.
Invente el gritoi de la Voz Dura
del Pueblo y siétase crecido con él.

Habría que Ocupar Una Sola Garganta
una que grita en torno a todo, una que sea
sonoramente colectiva.
Y lo han logrado.

Nos gustará que se oiga que todos poseyeron
la noción de lo que pasa: Que todos lo aprenderán
si algo es nuevo, aprendemos a prestarnos las palabras,
la breve consigna, la punzante espada
del verbo, con esencia del discurso propicio.
Aprendan del Tikkun, la Tzedaká
Verbo Colectivo.

<>

LOS QUE PIDEN PAZ Y ORDEN CON GARROTES


En una colonia, no hay fuerzas neutras
del Orden. Olvídese entonces de las tolerancias
o que el sistema del odio habrá de cuidarlos.
Se han parado solos y Maimónides dijo:
«Esa ha de ser la voluntad
libre para ser piadosa».


¿Cómo invocar paz y orden,
si no hay otro quehacer policíaco / militar /
castrense / que la provocación?

El orden social / de paz y seguridad /
donde hay injusticia no existe.
Es un espejismo del sistema imperante.
Donde hay un mero connato de huelga
(aunque sea mayormente pacífica), seguramente
habrá un operativo sofocador, tras bambalinas.
que aguarda la noche y, en el ocaso,
hará arrestos y romperá cabezas
Disparará gases lacrimógenos
y proyectiles de dispersión.

[Del libro«La revolución profunda»]

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LIBROS / Esteta caribeño / Carlos López Dzur: Escritor chacaloso / Escribirte / Homenaje a Hebe / Kool Tour Activa / Al borde de la palabra / Revista / La mdialéctica de la sed