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Carlos López Dzur
TEXTOS SUELTOS
HOMENAJE ORFICO A LOS TAMBORES
Quiero que vuelva el azote de tambor
y sea golpe de ritmo al coro de la vida,
sonora vibración
multiplicada, ditirámbica
por encomio, gratuita como exceso
de la viña feraz en los Croniones
y se repita, una y otra vez
su primer advenir,
tamborilazo.
Que se repita el trueno
de la mano que percute
y sea nueva, como si la memoria
que pepetuará obsesivamente
este asombro, tomara su oído
emocionado de una canción profunda
y sacara la sordez inútil
del abismo que asoma.
Festejemos a Deméter Tesmófora,
y velemos la siembra de manos
en campos de tambores posibles
y cueros de luna. Festejemos
que la mujer fecunda
nos dance sobre la composta
de titanes derrotados
e inframundos reducidos
a olvido en las sínsoras
del Plouton avaro.
Y salgamos por la fratrías / solidarios
del mundo y a romper el ayuno,
nesteia que mujeres guardan
en el segundo día, porque no tienen
fe en el amor humano
y somos violentos e impiadosos
con la Caligeneia, la hermosa generación
de las niñas que la Tierra pueblan.
Entonces, ofrezcamos nuestras manos
de bongó, sones de lira cariciosa
a las deidades ctónicas.
Vengan los campesinos del Ática
como a las Cuevas de Camuy
y de las Indieras de Borinken taína.
Quienes tallen espíritus en piedra
por Yocajú o por Venus,
¿qué importa? ¡vengan!
y que «damas de honor» les escolten
(Opora, diosa de cosechas, y Teoría,
diosa del areyto y el bienestar de la paz,
y Atenas en alegría). Venga como guanín
que corazón sea sobre el pecho,
el bongó como opía y el güiro
como instrumento.
Y que Dis Pater y Orco con nosotros
se agiten en tumbao, y a la danza
Hades / Phouton, que vengan.
Todos, menos el aguafiestas,
el explotador,
el perverso.
Aquí va Orfeo, que sabe lo que pulsa
la alegría y cómo se esparece su onda
en las grandes panegirias
y él, músicos de tu talla,
poetas de su algarabía, bajarían
hasta el infierno mismo
por su amada, por lo amable
del mundo, la utopía
porque no hay Tártaro o neblina que pueda
dar tumba a la mano creadora,
no hay pozo de desperdicio
digno derecoger y tapiar la mano
del poeta y músico anhelante,
ni sheol ni mazmorra de tormento
si la mano vibra amor y canta.
Es otra nueva ola de filfa
de sepultureros, embelequeros, hienas
anti-humanistas,
funerarios, chusma del lucro
la que propala lo conbtrario
a este canto.
En colonia de gentuza pudrida,
comecadáveres, muertos en vida
y maldecidores del espíritu
en territorios del Estado Librado de Poesía,
filosofan los que condenan. Es posteriormente
que se instaura este vacío de manos,
este malhablar sobre la esperaza.
Es la misma serpiente que mordió
el tobillo de Eurídice, la hermosa,
es la simiente de perversos
quien custodia estos boletos
que Estigia vende hacia rutas de Aqueronte
hacia los cinco ríos de penas
congoja, olvido, odio
fuego en las lamentaciones
... mientras, nosotros, órficos,
promulgamos esta canción que no cesa,
azote de tambor
golpe que suma al coro
y hace mútiplos a vibración sonora,
ditirámbica, comunicante de vida
por encomio, gratuita como exceso
de viña feraz en los Croniones
y la repite, una y otra vez
desde su primer advenir
hacia el futuro
en un Lazo de Tambor,
tamborilazo.
* * *
ANA-JONIA-TOLIA
Yo le digo: Ana-Jonia-Tolía:
«Abrete más», centro geográfico del gozo,
ven a mi isla; en asalto, sin remugo,
iré a las pulpas intravulvares de tu canto.
Bendeciré tu occidente si hacia mí
penetraras, o asimilas.
Ni la nórdica Eolia se asignó
tanta intimidad como tú bajo los puentes
ni el Sur dórico tan fascinador
me dio tus agachadas y tu mitología
y el efeso que te esmirna
y la focea en mileto que samos.
Este fue el comienzo del amor
y la hermosura en pleno
y con ojo de amo y, por zorruno olfato,
te engordé cada esperanza, yegua mía.
Hablamos para el ser puente
entre el Asia occidental y Europa
Y te esperé en un punto de la curva
situado en el infinito.
2.
Cuando Ana se tendió
sobre el mar de Mármara
en los tiempos de Pérgamo y Bitinia,
yo estaba enamorado de su cuerpo
y no le decía perra negra,
ramera, inmundicia.
Ella era una griega con rostro perfilado,
una estatua de carne que asentía
porque el cuerpo no es ilusión
sino un camino húmedo de labios.
Me acuñó sus monedas, me dio besos
y la pasión se fue a una curva
con la forma de asíntota,
y yo separaba sus muslos,
para que fueran tangentes arqueadas,
abiertas e idas al encuentro del Egeo
y sí, la amé porque me amaba
antes que a los romanos.
3.
A esa perra-potra-yegua-puta
la adoré como a mi propio
reflejo defensivo y asíntota de Lidia
... y le dije: Enséñame todo lo que traes
bajo el vestido; el que menos corre,
vuela por su encanto
y la busqué, celosamente,
debajo del ombligo y supe así,
que otros la entregaron a los medos
y lo persas y más tarde,
el rival fue Alejandro Magno
y la tatuó encima de sus nalgas.
Exploré los canales del Bósforo.
De hecho, la tatuaron salteadores
de Capadocia, mercaderes de Ponto,
todoS escribieron encima de su canco.
Yo hundí el primum mobile
en el estrecho conducto de los Dardanelos
y descansé sobre sus senos y, aún así,
confesó: No soy sagrada ya,
sino la Viuda rica,
con un ojo lloro penas
y con el otro repico tu alegría.
Después que vienes y, poco a poco,
me achatas, surte tu polea
en mi vagina remota y das amor
como abundancia
aunque estés en purita chilla.
Tú eres sagrada, Ana,
y el orgullo de mis confederaciones;
serás jónica porque lo que abunda,
siendo bueno, no lastima.
17-05-1988
«Estéticas mostrencas y vitales»
*
VESTIDO DE EFOD PARA EL SACERDOCIO
1.
El corazón de la verdad es sacerdocio
y desde los tiempos de Aarón, el Levita
en las fronteras de Goshen
la verdad no quiere sofistiquerías,
retórica cobarde, engañosa y vana,
porque el día que el poema ante el Altar se deslengüe
o se vuelva andrajoso y a la verdad,
se la venda impura, el corazón mismo se mata.
Habrá que jalar con la soga su pie
y traer su cuerpo a tumbos
para que vea la muerte
devorar a sus hijos, cada verso...
¡Qué sagrado es el verdadero Poeta,
el Nabi, a quien se da la voz persuasiva
y la invocación del Fuego Santísimo,
qué sagrada y temible la Palabra
que Moisés, aún viendo a Adonai, el proveedor
cara a cara, no se atrevió
a pedir sacerdocio
para su boca y
ni a mentir fingiéndose el dotado.
El Poema mata y cuando mata
a sí mismo se mata el poeta
y, en adición, con su mentira
arrastra a hombres y a pueblos,
y si bien su verdad tira y vence
a faraones y sicarios,
hay todavía verdades
que decir a los siervos.
¡Qué Santa es la Palabra de Jah,
el lenguaje de poesía, quehacer del portavoz
en servicio redencional para el hombre...
y MoIsés dijo:
«Jah, no sea yo a quien consagres.
No me proveas ese oficio
sin que haya sido sanada
mi lengua, Jah, El Shadday,
dios de la Zarza, guerrero y guía
de mi pueblo esclavo!
compadécete de mi lengua muerta.
Yo sólo sé abrir los ojos y sisear
como serpiente.
No me hagas Nabi / o poeta
o sacerdote».
2.
Bien sé que vendrán los celos
como huracán de mal aliento; yo sé
que los sapos papujos hincharán las encías
con croares a mares y que académicos definirán
el prototipo. Que el Gran Rimero de seudafias
y adulterio de palabras, ha de ser así
y así-i-asao
y también discutirá sobre reglas
y asuntos de origen para el verbo, el orden,
la asonancia, la cadencia,
prosodias con sus reglamentos
y en medio del cerro Sinaí
donde ladran los caninos
y graznan los pajarracos de las adoraciones,
Reuben dirá: «Yo sí que soy primogénito,
Y digo mejor ser feliz que sabio.
y el huevo quiere sal.
y como pájaro algún día cantaré en tu palo».
Mas no serás tú, aunque digas:
«yo enseñé a tocar la flauta a Pelo'e rata,
a Bartola, a las nenas de la murga,
a siringos revienta-pedos en Hammelyn...
yo, el bolerista de primera,
los mandados a mi Silva,
yo mero lico carlo con mi voz,
yo, con mi elocuente ministerio,
yo Agustín laré y la hago, lero lero...
papa Gallo. no cagaré la estaca
y cumpliré las funciones
que el sacer Dote vainas
porque bien que merezco
ser elegido, ad perpetuum, y vestir
con tela azul, púrpura y escarlata, lino fino,
túnica de pelo de cabra,
manto del efod,
el efod y el pectoral,
y que se me ciña el cinto tejido del efod,
ropa de poeta quiero y piedras de ónice
y de engaste con respecto al pectoral».
Mas no serás tú.
Boca de payaso, cara de payaso,
ropa de payaso, pinta de payaso
con un final de carnaval,
eso me quedará de tí,
Rueben, porque la mentira te cautiva
en camisa de once varas
ante el corazón que se arrincona
¿y con quién haré pacto y sacerdocio
desde hoy y para siempre?
No serás tú y, boca de niñajo tienes
e indigno eres del efos y en entre las dos piedras
de ónice, jamás se verá tu nombre
pues grabadas serán las voces de las doce tribu,
no voz aislada / jactancioso nombre,
primogénito ego.
No serás tú.
3.
Cuando llamé en días de la cautividad,
alguno que me ayudara en la tarea de sacar
a Israel del cautiverio, uno con lengua de profeta,
allí, junto a mi hermana, lo ví
y le dije: «Aarón, si supiera usted
qué terco es el faraón
y qué lengua muerta tengo para darle la vida
y destercar al poderoso, ¡ay pequeño!
con cinto de efod bordado
y hombreras anudadas por joyas de ónice,
te llevaría ante el faraón conmigo
para que le digas en mi nombre
(que es el Nombre de la Zarza indecible)
que ví el Corazón de la Verdad
y es temible y sagrado
y da mensajes que matan,
o, en su defecto, mensajes que hacen pura
a la vida y eterna a la conciencia.
¡Ay, Aarón! yo ví el corazón, pero no lo puedo
traducir a palabras, porque lo que ya miré
es resplandor magnífico y, tras un velo y un fuego
en la pira arde para siempre
y no comprendo que haya
tales tabernáculos interiores
en lo profundo del cráneo.
4.
Cuando más sed tanga el Pueblo
y exija algún texto que les duela en la carne
y la sed no sea bendita por tu voz
en favor del cuerpo y del alma, Poeta,
no vayas a Canáan, aún cuando te lo pidan.
No vayas a los gallineros donde duermen
los niños, vanidosos del canto
y del lúdico ego y el capricho.
Ni Aarón ni Moisés obedecieron al vicio
que sacara al templo de quicio.
En casa del herrero está el cuchillo de palo,
pero en la casa del poema, oculta está
la Logía del espíritu y la fuente primiginia de las Aguas.
Desoye tú a pueblos impacientes que por más sedientos
que se digan, en Meribah (o Kadesh),
entre arenas del desierto.
Golpea tú la roca
pero sé en la Casa del Nabi
como el viejo que da el buen consejo
y la harina que vence la mohína
en la casa del hambriento.
Ofrece tú el agua no por coacción
de ninguno, no compadezcas al capricho
porque es como acostarse con niños
y en la madrugada, cagado levantarse entre ellos.
Y Moisés dijo, cuando era como un niño
ante la zarza quemante que no había entendido:
«Si no hay aguas a la mano, la apagaré
con mis meados»....
Aprende tú como el hermano
de Aarón, que quien con niños se acuesta,
meado amanece. Y golpea la roca,
haz milagros de Meribah
y no vayas a Canáan, no tú, Poeta,
si eres el guía, no vayas, Sacerdote,
como simple recadero.
5.
And behold a fire, coming forth from the Lord, devoured
the holocaust, and the fat that was upon the altar: which
when the multitude saw, they praised the Lord, falling
on their faces»: Leviticus 9:23-24Un poema es Acción, herencia
de presente activo. Un poema es visión
del Guía, de quien aprende a redirmir
aunque no tenía la elocuencia de palabras.
Escucha, pues, a Moisés / el arquetipo
aunque seas el primero entre nuevos sacerdotes
del canto, según las instrucciones
que nos diera la Voz de Voces,
voz de fuego en el Sinaí.
En el octavo día, comienza
el poema de la Gran Teoría:
si sacrificio es necesario al cuerpo,
bendice el animal del sacrificio
y bendice al pueblo si comprende
lo que verá...
el fuego mismo de la Voz
que ordenara el santo sacrificio.
Si vas a encender el fuego de metáforas,
viste el manto azul del efod y diseña
en sus bordes granadas de púrpura y carmesí,
campanillas de oro entre ellas.
Para honra y hermosura, también
pónte una mitra y pectoral sobre el efod.
Vestidura no es lino fino sobre la carne, Poeta.
Es justicia divina, temida por obediencia
y este traje es celeste, porque viste en dignidad
las gracias del Espíritu: Urim y Tumim;
luces y perfecciones sobre tus pectorales.
Díme tú, poeta, ¿qué vas a atar
y alrededor de qué, qué diseño le darás
al Corazón de la Verdad?
... porque todo desvío hace al Poema
arma que mata, espada de doble filo,.
Efod de condena.
Efod de oro, púrpura y ornamentos
robados a los madianitas.
Gedeón los hizo
y condenó a su casa, a su auditorio.
¡Pobre y maldito fue Gedeón!
Y de pueblos fue piedra de tropiezo
y a su sacerdocio se exterminó con sangre...
¿Que vás a atar?, pregunta el Efod,
que desate mi ira?
Como Micaía que hizo
en falso santuario dioses e ídolos,
¿qué autoridad para coser un efod
y consagrar a hijo alguno, cuando sólo
el verdadero efod expía la idolatría
y la bincha –tzitz– el descaro.
y la mitznefet– las presunciones?
El poema es tu kutonet– única túnica
que puso al corazón aquel que Sana,
pero que como Guerrero
urge su Deseo que mata y purifica.
Todo poema expía el derramamiento
de sangre. Todo texto sagrado es temible.
6.
Hoy que comienza, en el octavo día,
tu sacerdocio, Aarón,
te probaré.
Dame a tus hijos, Nadab y Abihu.
Fuego de mi corazón ha de purificarlos.
Voy a comerme sus cuerpos
con mi fuego porque incienso
me han ofrecido inapropiadamente.
7.
«Y... habló a Coré y a todo su séquito, diciendo: Mañana mostrará Jehová quién es suyo, y quién es santo, y hará que se acerque a él; al que él escogiere, él lo acercará a sí. Haced esto: tomaos incensarios, Coré y todo su séquito, y poned fuego en ellos, y poned en ellos incienso delante de Jehová mañana; y el varón a quien Jehová escogiere, aquel será el santo»:Número 16; 5-7¡Ah, rebelde Coré / ah, de Korah decorada!
el Poema Celeste habla a la cara
y en la cara es que duele Su Llama.
Con las ocho prendas del Vestido visible
a la verdad, se dispuso lo Oculto:
Que no ha de ser poeta sincero,
mi Nabi sobre el mundo
el que tiene malos pensamientos en el corazón
y el Ceñidor lo dice –con avnet– expiará
y con joshen– y ceñidos
serán los juicios de sus rumores.
Dolidos en murmurantes liderazgos,
mas no serán los poetas...
En la capa de Meil el envidioso dejará la habladuría,
ah Miriam sólo Moisés vio la Cara del Sanador,
al Santo Jah, al Guerrero de las Zarzas,
el que da la esencia del poema
y el Tzaraath.
«Oíd ahora, hijos de Leví:
¿para qué nación de tierra hablan,
si polvo son de tierra mentirosa?
Mas si el Poema Celestial hiciere algo nuevo,
y la tierra abriere su boca y los tragare
con todas sus cosas,
digo que descenderán vivos al Seol,
e irritará al Sacerdote aunque se haya vestido
con el mejor efod; porque el poeta de barro
tiene los pies de lodo y la mona
aunque se vista
de seda, mona se queda.
«Y aconteció que cuando cesó él de hablar
todas estas palabras, se abrió la tierra
que estaba debajo de ellos.
Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos,
a sus casas, a todos los hombres de Coré,
y a todos sus bienes».
8.
«Y Jehová dijo a Moisés: Vuelve la vara de AarónDáme tu aliento y tu ritmo, yo haré con él
delante del testimonio, para que se guarde por señal
a los hijos rebeldes; y harás cesar sus quejas de
delante de mí, para que no mueran»: Número 7:10
una vara. Un camino. Un testimonio.
No quiero los pantalones –mijnasaim–
del que tiene relaciones prohibidas
con el corazón y en putas pelotas,
o con moral en calzoncillo,
viene a mostrar su vara alta,
su verga cojonuda;
yo, ordené a Moisés, que el que sea Príncipe
de su tribu, traiga las doce varas,
pero, de todas, sólo una reverdecerá.
Yo no quiero pantalones de cuadritos
ni ajustados calzones que griten
«Esta verga es mía»: No.
Traed la vara como un testimonio
de la magia que Es Aquel que es
el Guía para siempre
el Senador, el Profeta.
«Traedme vara de Aarón de la casa de Leví,
ritmos de no cansados, alientos de reverdecidos,
vara que haya echado flores y arrojado renuevos,
y la almendra de su amor como fuego
y ojos que no ven, el corazón sentirá.
y en Oscuridad de la casa,
transformará el candil de la calle,
con mucha luz de la Zarza.
He aquí que el Poeta ama y, aún a su sacerdote,
promete vida; he aquí que como patadas de yegua
considera tu amor y te bendice y casado
por amor se ha vinculado el poema celestial
con aquel que llora en los desiertos
y quien se casa por amor, ha de vivir
la zozobra del reto, decir esa Verdad,
sacar el ente de lo Oculto
y llamar a los primogénitos
aunque sean los más pobres
de la Creación en ciernes,
mi riqueza, mis vasijas de barro
cocidas con honesto fuego,
poemas del Autor de la Vida.
De «Estéticas mostrencas y vitales»
*
Tú, poeta, eres y serás
como cuerpo de luna amada.
Heredarás la Muerte.
Cada emoción posible y su agonía.
El relámpago abre el cielo, quizás muy brevemente,
y da la desnudez, la verdad que te mata.
O por la que todo se explica.
A tí te amaré como a tu madre.
Por eso te ofrezco la promesa; doy mi testamento.
¡Revelaré el origen que tienes en mi causa!
Tú quieres ver el cimiento y el semen de las cosas.
Porque así lo quisiste, te amaré.
Tú vas a verlo todo, poeta.
Lo has pedido y yo cumplo
a quienes así me solicitan.
Pedíste exactamente lo que quieres:
digno eres de luna.
«Házte mi canto con verdad desnuda».
Cántame. y cumplo con mi promesa:
Te haré profeta.
El sol que ha de matarte con su rayo
te dará el oficio misterioso. Ese es el precio.
Cántame hasta que yo te diga.
Voy a quitarte la vida de repente, sacaré
del vientre de tu asombro el poema pavoroso.
Tú hablarás de mis gestas y placeres.
Yo fundaré el habla de tu canto
y al don de tu tristeza,
lo transformaré en verídicas
y sucesivas alegrías.
<>
Poète, tu es et seras comme corps de lune aimée.
Tu vais hériter le Mort.
Chaque émotion possible et son agonie.
L'éclair ouvre le ciel, peut-être très brièvement,
et donner le nudité, la vérité qui te tue
ou la vérité pour qui tout est expliqué.
A propos de vous, j'aimerai, comme à ta mère.
C'est pourquoi je t'offre la promesse;
je donne mon testament.
Je révélerai l'origine qui as ma cause.
Tu veux voir la fondation et la semence des choses.
Parce qu'ainsi l'as voulu, je t'aimerai.
Tu vais être vue par tout, poète.
Tu l'as demandé et j'accomplis à auxquelles
ainsi ils me sollicitent.
Tu as précisement demandé ce que tu veux :
je daigne tu es de lune.
«Etre ma chanson avec la élégance tragique».
Chanter pour moi.
Et je compléter pour vous ma promesse.
Je te ferai prophète.
Le soleil cela peut tuer avec son rayon
te donnera l'office mystérieux.
Celui-là est le prix.
Chanter pour moi jusqu'à ce que je te dise.
Je vous tuerai, sortez soudain de votre ventre
de ton étonnement le poème affreux.
Tu parleras mes titres et de plaisirs.
Je fonderai le parle de ta chanson
et au cadeau de ta tristesse,
je le transformerai
dans les joies successives et véritables.
*
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