viernes, 16 de marzo de 2012

La angustia no viene a maldecirte / Extasis / Descripción del padecer


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Carlos López Dzur
TEXTOS SUELTOS



La angustia no viene a maldecirte

Contradictorio y malagradecido es
el enfermo, retozón de mí, que juega a la existencia
sin decir: «Gracias, angustia, que me limpias
los ojos para que vea claramente en mí mismo».

Arrogante, nalgón y babieca,
es el enfermo sordo y con morrillos,
en mítan harto de Don Nadie y tan asaz
de inautenticidad que no oye
ni dice: «Gracias, Enfermera,
por limpiar mis oídos habituados
a trivialidad». Es la cerilla mundana
es la que tapa cavidades..

«La angustia no viene a maldecirte»
es lo que dice ella al que anda en extravío
y no encuentra destino ni lo revelante
ni lo revelado
Ella es lo que es para aceptarla
y ser libre en lo que ha dado.
Es cierto que de entrada
lo que parece es vértigo, vacío,
hundimienti del ser, la nada,
pero es sólo la angustia compasiva,
la liberadora y la vieja senda
de beguinajes flamencos.

*

El ser robado

Otros son quienes roban el infinito
del existencializarse, o dejan destartalado
como a un coche lo que tendrá de esencia.

A este coche del ser hay que inutilizarlo
con desgaste y se sacan las piezas
en temporizaines. Así roban del ser-vehicular
lo que tiene valioso, el ser entero,
así lo botan, en la sustancia
y en el sentido
para que no haya evidencia
de que fue robado.

Pero el ser es infinito trascenderse;
entonces, lo roban nuevamente
para que no haya éxtasis,
Dasein que sobrepase
la finitud de la existencia.

*

Extasen / Extasis

¡Ay!, se queja el maldecidor del ser beguino,
psiquis que protege lo contemplativo
y además da su defensa a desamparados,
a enfermos por falta de seidad,
a mujeres, niños y ancianos
que ya no tienen nada,
ni licor ni sexo
ni inocencia ni precomprensiones
y, mucho menos,
tres momentos de «éxtasis»
para seguir viviendo,
tres orgasmos o simulacros de gozo
en temporalidad de su mundo.

Acontece que el robo y la opresión
han subvertido el presente,
lo mejor y perpetuo de posibles momentos.
Ni pasado ni futuro advinieron
como un «estar(se) fuera» originario.

«¡Ay!», dice el que odia a la Nada
y no cree en Tres Momentos
que salvan y autentifican al ser.

*

¡Qué enfermo está mi ser-ahí!

a Hadewych de Amberes
(begarda nacida hacia 1240),
a Lambert le Bègue

Hasta tartamudo se volvió el Ser
que pide, «bègue» en la vega de lo vivo,
hereje por la palabra chimuela,
agotada de sustancia, pordiosero
y con garrote, malagradecido,
mendicante de Bega, curilla
de la Gran Cura / Sorge
y del santo patrón
de Nivelles.

Ahora cuando vamos
en peregrinaje cotidiano
es huyendo que vamos, huyendo
de la Lepra de la Nada,
tosiendo vamos, muy enfermos
pero con odio por la monja
que nos pega su mano
y el trapo con que nos limpie la boca.

Ya no. Ella que no se aproxime
al ser, a ninguno sumergido
en las cosas, que no nos quite el olvido
ni el temor a preguntar qué tengo,
cúal es el mal por el que a todos
enfermeras y begardas vienen
y aspiran a quitarnos
primeraturamente
la vida.

22-6-2001

*

Descripción del padecer

Al describir la herida que me tira
como al ebrio saciado por licor cotidiano,
asaz me tira y encuentra lo que bebo
en el barrio de Stuttgart
y ellas sorprenden mi ser y lo describen:
«Vulnerable esclavo, en pataleo,
uno que apenas se concilia
con su Nada».

Me encuentra y me tira en Roma
la condición de fracaso y de ciego
y las cosas sólo entonces
resbalan, se hunden
en zanjas de mi propia caída.

Y las mujeres del hábito de burda lana
y color crema-beigé son la Nada real
angustia liberadora y Cura / Nodriza /
Cuidado / Begarda autentificadora.

Y saben mi ser «humillado»
y saben sobre mi miedo
de interrogar al ser,
o captar su sentido.

«Mira otro teporocho biológico
al que habrá que brindar atenciones.
Va en tumbos, dando de sui dolor
por la vida y sin saber
de su auténtico estado».

17-2-2001

*




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